JUEGO

El juego es una actividad que se utiliza para la diversión y el disfrute de los participantes, en muchas ocasiones, incluso como herramienta educativa. Los juegos normalmente se diferencian del trabajo y del arte, pero en muchos casos estos no tienen una diferenciación demasiado clara.
Normalmente requieren de uso mental o físico, y a menudo ambos. Muchos de los juegos ayudan a desarrollar determinadas habilidades o destrezas y sirven para desempeñar una serie de ejercicios que tienen un rol de tipo educacional, psicológico o de simulación.
La primera referencia sobre juegos que existe es del año 3000 a. C. Los juegos son considerados como parte de una experiencia humana y están presentes en todas las culturas.[1]

Función del juego en la infancia
El juego es útil y es necesario para el desarrollo del niño en la medida en que éste es el protagonista.
La importancia de la utilidad del juego puede llevar a los adultos a robar el protagonismo al niño, a querer dirigir el juego. La intervención del adulto en los juegos infantiles debe consistir en:
  • Facilitar las condiciones que permitan el juego.
  • Estar a disposición del niño
  • No dirigir ni imponer el juego. El juego dirigido no cumple con las características de juego, aunque el niño puede acabar haciéndolo suyo.
Jugando con bolas de colores.
El juego permite al niño:
  • Que se mantenga diferenciado de las exigencias y limitaciones de la realidad externa.
  • Explorar el mundo de los mayores sin estar ellos presentes.
  • Interactuar con sus iguales.
  • Funcionar de forma autónoma.
El juego siempre hace referencia implícita o explicita a las relaciones entre infancia, diversión y educación.